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AHMED AG KAEDYAhmed Ag Kaedy presenta su disco “Akaline Kidal” para el sello Sahel Sounds.
La carrera del músico tuareg AHMED AG KAEDY puede rastrearse en la de pesos
pesados de la música maliense como Fatoumata Diawara o Samba Touré y, hasta
hace unos años, al frente de los exquisitos Amanar de Kidal.
La toma de poder de extremistas islámicos en 2012 en Kidal, su ciudad de origen,
supuso la prohibición de la música no religiosa, el parón indefinido de unos Amanar de
Kidal condenados a la diáspora y el exilio forzado de Kaedy. Desde entonces ha
emprendido una carrera en solitario en la que la música de celebración de su banda ha
mutado en un blues desértico que supura dolor, nostalgia y verdad.
En los últimos años, la música de protesta impulsada por la guitarra de los tuareg del
norte de África ha ganado admiradores en todo el mundo por su rock desértico
totalmente hipnótico. Mientras que los dioses de la guitarra tuareg, Tinariwen y Omara
"Bombino" Moctar, interpretan una versión amplificada, rock-and-roll y blues, el
cantante y guitarrista Ag Kaedy, inquietantemente conmovedor, se remonta a las
raíces acústicas y folklóricas del género. .
En la década de 1990, Ag Kaedy iría a Libia para entrenamiento militar como muchos
habían hecho antes que él. Pero al igual que Tinariwen, recibió una educación en el
poder de la música. "Era un niño en el ejército, y estaba en la fase final. Vi la guitarra y
quería saber más al respecto. Toqué el tambor para [la banda], solo para poder estar
cerca de la guitarra. Cuando finalmente se fueron a dormir, tomé la guitarra y comencé
a tocar".
Cuando regresó a su hogar en Kidal, Ag Kaedy transformó su morada en un espacio
creativo idílico que traficaba con música en lugar de guerra. Luego, en 2012, los
extremistas islamistas tomaron el poder en la región y prohibieron todas las canciones
no religiosas. La casa de Ag Kaedy fue destruida, sus instrumentos fueron quemados
y fue expulsado de Kidal. A Ag Kaedy le dijeron que si alguna vez regresaba a la
ciudad donde nació, le cortarían los dedos.
Aún así, Ag Kaedy continuó tocando. En su mente, no había otra opción. "En el
momento en que mis dedos tocaron las cuerdas y las sintieron vibrar, me dio
escalofríos", dice. "Toda mi vida había querido unirme al ejército, como todos los
demás tuareg. Pero en ese momento, supe que esto era lo que quería a partir de este
momento".
La magistral interpretación de guitarra de Ag Kaedy evoca sentimientos de exilio
lastimero y triste, de alguien que pasa sus años lejos de su tierra natal, a la deriva por
poderes más allá de su control. Uno puede imaginar las notas nostálgicas suavemente
arrancadas que viajan a través del vasto océano hasta las casas del desierto de
amigos y seres queridos que han quedado atrás. En estas notas uno escucha toda
una vida de preguntas sin respuesta y una vida irrevocablemente desarraigada.
Audio
https://amanardekidal.bandcamp.com