Los caprichos
Con la colección de ochenta estampas, creadas entre 1793 y 1798, grabadas al aguafuerte y puestos a la venta, según el Diario de Madrid el 6 de febrero de 1799, Goya crea la primera serie de estampas caricaturescas españolas.
La serie fue realizada con una gran calidad en el manejo de las técnicas del aguafuerte y el aguatinta, con toques de buril, bruñidor y punta seca.
La utilización pionera del aguatinta permitió a Goya la creación de superficies matizadas de sombras y una amplia
gama de grises con la que creó una iluminación dramática e inquietante heredada de la obra de Rembrandt.
Consciente de que la censura de los errores y vicios humanos, pueden ejemplificarse con expresiones plásticas, Goya selecciona temas relacionados con las extravagancias y desaciertos comunes en la sociedad de su época, con sus embustes y vulgaridades. Esta serie de estampas con carácter satírico se centra principalmente en: la brujería, la prostitución, las críticas a la Inquisición, la denuncia a las injusticias, la superstición, la ignorancia, los matrimonios por interés, las alusiones a malas prácticas médicas y educativas, la incompetencia y holgazanería de la nobleza y la incontinencia del clero…
Son muchos los autores que afirman que determinada lámina se refiere a la reina, y tal otra a la duquesa de Alba y otra a Godoy etc. Pero aunque esa intencionalidad fuese cierta, el propio Goya, consciente del riesgo que pudiera correr, tituló las láminas de modo que la crítica fuera genérica y en ningún caso personal.
La contemplación de los grabados originales realizados por Goya después de más de dos siglos, no solo conserva el interés histórico y estético, sino que sus láminas pueden ilustrar muy propiamente la ignorancia, la sinrazón y la injusticia en la actual sociedad del siglo XXI.
Federico Fernández Diez
Director de la Obra Cultural de Funiber.
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