Música para camaleones
Conozco la obra de Juan Rafael desde hace treinta años. Recuerdo los primeros pasos: sus dibujos ilustrando textos nuestros, los cómics y los fanzines comunes, la preparación para ingresar en la Facultad de Bellas Artes. Vivimos juntos en aquel entonces, viajamos juntos en camiones nocturnos de mercancías, donde traíamos cuadros suyos para sus primeras exposiciones en la ciudad. Fui testigo de su crecimiento como pintor, de sus hallazgos, de la consecución de un lenguaje propio, de sus exposiciones grandes y pequeñas; y también de sus silencios, de sus decepciones y desánimos. De las caídas y las resurrecciones, que le son inherentes a cualquier artista que se precie de serlo. Sin embargo, no creo que nada de esa biografía común me legitime para hablar de su obra.
Es más bien una confluencia estética —más de espectador afín que de espectador privilegiado, más de creador que confluye con su poética, que de camarada— en lo que intento basarme para estas cuatro palabras que acompañan a su nueva aventura expositiva.
A mi modo de ver, la pintura de Juan Rafael reclama sin imponerse cierto rigor en la mirada. Hay quien se queda en la superficie y le funciona. El cuadro se deja, como si fuese un gato, ser visto así. Permite llevártelo a casa, acompañarte suavemente, dejarse acariciar de vez en cuando. Y ahí se queda agazapado en tu salón, en un pasillo iluminado, en la habitación. Y un día se abalanza sobre ti y te asusta como si te despertasen en un sobresalto. Quien sólo vio una superficie plana, lisa, un adorno, una mascota, cree ahora estar drogado. Los planos se intercambian en un movimiento suave pero continuo, un dentro-afuera, una rotación lenta de múltiples elementos: temblor líquido y niebla sinuosa. La corteza se agrieta, aparecen animales que huyen de un bosque en llamas.
Esta pintura no apela directamente, no escruta al que mira, no contamina ni embadurna. La obra de Juan Rafael carece de anécdota, brota. Es una mezcla de arquitectura y paisaje. Su capacidad de transformación la hace estar viva, como un cuerpo que se retuerce. Emboscarse es ser bosque. Esta pintura es un niño escondido, con esa mezcla de ingenuidad y pillería.
Las quemaduras, los rasponazos, los tatuajes, las cicatrices, las arrugas, las vetas, los surcos, las veladuras, los resplandores, el trazo de la escritura, las texturas, los hilos, las máscaras, los pliegues, las vibraciones… hacen música del árbol caído.
VÍCTOR M. DÍEZ, 2016
Sobre Juan Rafael
Nacido en León (1968), Juan Rafael Álvarez estudió Bellas Artes en la Universidad de Salamanca y forma parte de la generación de artistas que eclosionó en León a principios de los 90, emergentes gracias a la labor de la galería Tráfico de Arte, gestionada por Carlos de la Varga, y de críticos como Javier Hernando Carrasco o José Gómez Isla. Así, participó en exposiciones tan representativas como “León punto y aparte. La nueva escena artística” (Sala Provincia, 1995), “Las nuevas vías de la abstracción”(Sala Provincia, 1997) o la “Bienal de Maia. Arte jovem” (Maia, Oporto, 1997).
Sin abandonar nunca la pintura —desde 1993 ha colgado sus obras en distintas muestras individuales y colectivas—, Juan Rafael se gana la vida trabajando como freelance en diferentes terrenos vinculados a la imagen (diseño gráfico, fotografía, cartelismo, muralismo, decoración, escenografía, acabados pictóricos o escaparatismo). En ocasiones firma como Rafa Murciego algunos de esos trabajos que no tienen que ver directamente con la pintura.
Entre sus grandes exposiciones individuales destacan: “Huellas de escritura” (Sala Lucio Muñoz. Delegación territorial de la Junta de Castilla y León. León, 1997), “Pinturas” (La Fábrica-Arte Contemporáneo. Abarca de Campos, Palencia, 1998), “Pinturas” (Galería La Casa del Siglo XV. Segovia, 1999), “Naturaleza plástica” (El Albéitar. Universidad de León, 2007) o, más recientemente, “Bosques” (Galería Ármaga, León, 2016).
Enlace al blog del artista:
https://juanrafaelalvarez.wordpress.com
LA EXPOSICIÓN:
JUAN RAFAEL
bosques, libretas y otros cuadros
Con la colaboración de los artistas:
Eloísa Otero, Pablo García, Tomás Sánchez Santiago, Felipe Zapico, María Murciego, Ildefonso Rodríguez, Juan Luis García, Víctor M. Díez, Alba González, Guadalupe Díez, Ursi Sánchez, Victoria García Salas.
PINTURA & MÚSICA “IN SITU” (19 HORAS)
Intervenciones pictóricas del artista en la sala, con la colaboración de músicos:
JUEVES 12 SEPTIEMBRE
GUILLERMO ALONSO
MARTES 17 SEPTIEMBRE
GONZALO ORDÁS
MARTES 24 SEPTIEMBRE
ILDEFONSO RODRÍGUEZ y RODRIGO MARTÍNEZ
MARTES 1 OCTUBRE
ALFREDO VIDAL