PORTADAS DE VINILOS EN LA COLECCIÓN PERMANENTE DE MANUEL TEJADA

  Del 11-09-2018 al 16-10-2018

de lunes a viernes
Biblioteca del Campus de Ponferrada
Exposiciones

FOTOGRAFÍA Y DISEÑO


PORTADAS DE VINILOS EN LA COLECCIÓN PERMANENTE DE MANUEL TEJADA

(fotografía y diseño)
Comisarios: Agustín Berrueta y Carlos Carro


INTRODUCCIÓN

Encontrarse con un espacio donde habitan miles de objetos que alguien ha ido seleccionando y coleccionando a lo largo de su vida, es una de esas sensaciones escalofriantes que provocan preguntas y emociones que se multiplican por el interés personal y la curiosidad que despierta el tema objeto de la recopilación para quién se ve en esta situación.
En la sala de reuniones Manuel Tejada de la universidad pública de León, fueron depositados los fondos fonográficos de su colección, aparte de otros objetos valiosos como revistas, libros, vídeos, diseños, mobiliario y algún fetiche que comportan un mundo único personal e intransferible, un universo propio, que nos dejó en un acto de extraordinaria generosidad y su permanente actitud de compartir todos los placeres y las emociones que le producían esos motivos, cuyos soportes ocupan este espacio. Una ética que le ha convertido en una referencia vital para los que le conocimos y una estética consecuencia de su tolerancia, falta de prejuicios y espíritu de diálogo que nos lleva a encontrarnos con documentos musicales de estilos y épocas que sabemos filtraba y disfrutaba con la naturalidad de una persona en máximo estado de integridad y permanente inquietud. Una estética producto del estudio, la reflexión y el tiempo que generó una colección singular impensable, sorprendente  y que sólo se entiende desde la óptica de alguien con una visión, sensibilidad y capacidad de asimilación única, que copila un material que daría  para un hilo musical ininterrumpido de años,  cientos de programas radiofónicos, estudios, debates... Una primera idea que surgió (recurrente por otra parte) sobre el posible juego que puede dar este material, se la propusimos a Agustín Berrueta y a Carlos Serrano para que desde su experiencia y su sapiencia en el mundo de la fotografía y del diseño respectivamente, seleccionaran las portadas de los  vinilos de la colección que consideraran más interesantes para realizar una exhibición pública. El resultado es el que podéis disfrutar aquí así como sus criterios de selección teniendo en cuenta que esta muestra a todas luces va a ser diferente a cuantas se puedan haber realizado sobre esta temática debido  a la originalidad y particularidad del material que componen estos fondos, que ofrecen una exposición única, especial y  susceptible de ampliación o de otras lecturas, por poner un ejemplo en este sentido, de la última publicación caída en mis manos sobre este tema, “Días de vinilo”, un magnífico y exhaustivo estudio desde el punto de vista de un erudito del arte contemporáneo y de la edición discográfica de música popular del S. XX y parte del XXI, esta exposición es coincidente solamente en una portada sobre los numerosos ejemplos que analiza el maestro   Panera Cuevas en su impagable libro.


José Luis Tabernero



LA FOTOGRAFÍA EN PORTADA

Alex Steinweiss es el padre del diseño en las portadas de discos desde que, en 1940, realizó la primera cubierta en la que combinó fotografía, ilustración y tipografía. En poco tiempo, la discográfica para que trabajaba aumentó las ventas en un 800%. Aquello dejó muy claro que la portada de un libro o un disco pone en marcha un proceso anímico que nos impulsa a abrir el libro o realizar una primera audición del disco.

En este contexto, la mayor diferencia entre fotografía y diseño gráfico estriba en que la imagen fotográfica (salvo en el manido recurso de limitarse a reproducir el retrato del artista en cuestión), sugiere que hay una historia detrás de ella e invita al espectador a dar rienda suelta a su imaginación. Por ello, para esta selección de portadas, he elegido como punto de partida y nexo de unión la del disco de Richard Swift titulado, precisamente, "The Novelist", en la que el artista se autorretrata al modo que lo hacen muchos fotógrafos: mirándose de frente en un espejo con la cámara en la mano. El fotógrafo es al mismo tiempo testigo y narrador, y puede intentar reflejar la realidad retratando a otros personajes más o menos peculiares que le rodean (Arrajatabla, Combays), o crear una abstracción del individuo centrándose en partes del cuerpo, lo que se presta a una interpretación más psicológica (Journeyman, Speedy J, Ciccone Youth, Tropic Of Cancer). En el extremo opuesto, la elección de paisajes desolados, sean urbanos o naturales, enfatizados por el dramatismo que añade el blanco y negro (Scuba, Timber Timbre, Monolake o la recopilación Fragments From Work In Progress), evoca soledad, produce cierta melancolía e invita a la meditación introspectiva. La introducción de un aparato de uso tan cotidiano y universal como un coche aparentemente abandonado, nos provoca la inquietud y el desasosiego de un desenlace incierto (Yann Tiersen, Dead Pretty). Finalmente, la aparición del elemento humano en escenas que parecen fotogramas de una película (The James Taylor Quartet, Night Trains) reanuda un discurso narrativo más novelístico y nos conecta con el punto de partida.

Agustín Berrueta


DISEÑO

El collage de Peter Blake para Sgt Pepper’s Lonely Heart Club Band de los Beatles, la pintura del hombre esquizoide de Barry Godber para In the Court of the Crimson King, de King Crimson, la composición con el prisma de color del estudio de diseño Hipgnosis para The Dark Side of The Moon de Pink Floyd, o las creaciones de Andy Warhol para The Velvet Underground y The Rolling Stones… son obras que ocuparían un lugar destacado en cualquier lista de las mejores portadas de discos de la historia.

Para la presente exposición, confeccionada a partir de los discos de vinilo de la colección Manuel Tejada, conservada en esta Biblioteca San Isidoro de la Universidad de León, se ha optado por seleccionar portadas que quizás no son tan conocidas y populares, pero cuyas composiciones constituyen igualmente pequeñas obras de arte de 31x31 cm.
El espectador que observe las portadas de la primera parte de esta exposición (en las que la fotografía tiene una presencia principal) puede descubrir una historia que se inicia con el fotógrafo de la portada del disco de Richard Swift. Puede imaginarse cómo con su cámara se dedica a retratar a los niños de los Combays o al personaje de Arrajatabla, a documentar el Londres subterráneo de Scuba, a perseguir fantasmas con Monolake, a buscar paisajes con coches abandonados o a acompañar a James Taylor en una excursión al pasado.

Y puede seguir indagando con sus otras fotografías en la mirada inquietante a través del cristal de Speedy J, la atmósfera tenebrosa de Tropic Of Cancer o la admiración que profesan Ciccone Youth por la figura de Madonna, cuyo retrato fotocopiado una y otra vez ilustra la portada de su disco.

A continuación se encontrará un grupo de ocho portadas que usan la ilustración como punto de partida y final, desde la aparente sencillez de líneas de Mar Hernández para los andorranos Downliners Sekt hasta la intrincada composición digital que el artista Alexander Rutterford creó para el séptimo disco de Autechre, pasando por la abstracción del artista del graffiti Futura 2000 para U.N.K.L.E. o la figura que se quita repetidamente la máscara (¿o se la pone?) del colectivo Pfadfinderi para Moderat.

La estética agresiva y de colores chillones de las portadas de la canadiense Grimes y los suecos The Knife pueden repeler al visitante en un primer momento, pero pasada la sorpresa inicial es fácil que se enganche al bello pop electrónico de la primera y que se interese por el compromiso político y social de los segundos.

Otra serie de portadas se centran en la fuerza del uso de una tipografía como elemento principal. El grafismo de Peter Saville para el primer álbum de New Order es de toda esta exposición quizás la imagen más reconocida. Peter Saville es también el autor de la imagen del álbum Unknown Pleasures de Joy Division, una de las pocas portadas que podrían rivalizar en popularidad con el diseño de la “portada del plátano” firmado por Andy Warhol.

La sencillez de la portada de Shellac, conseguida con dos antiguas máquinas impresoras tipográficas, es la perfecta traducción gráfica del sonido analógico, crudo y directo del grupo. De la misma manera, los paisajes sonoros oscuros y tenebrosos de Demdike Stare se descubren ya desde la portada de tintes ocultistas creada por Andy Votel (diseñador gráfico, músico, DJ, productor, y fundador y promotor del sello especializado en reediciones Finders Keepers).

La cantante PJ Harvey contribuye con sus propios dibujos para dar un fondo sobre el que reposa el texto en negativo de “Let England Shake”, Dizzee Rascal posa con humor junto a las letras que dan título a su disco, mientras que los dibujos, formas y texturas superpuestos unos sobre otros por los diseñadores Non-Format salen a la luz a través de las grandes letras de Asa-Chang & Junray (el proyecto de un percusionista japonés que usa el tabla, instrumento de origen indio, para componer una música al mismo tiempo tradicional y futurista, exótica y profundamente espiritual).

Otros ocho discos se han seleccionado partiendo del tradicional recurso que es estampar una fotografía del artista en la portada. Para Jazzmatazz (proyecto de Guru, uno de los componentes del dúo de rap Gangstarr) se utiliza una estética que nos remite a antiguas portadas del sello Blue Note, pero lo clásico queda de lado en la deconstrucción que se hace de las fotografías de Jamie Lidell y de Jeroen Snik (el nombre real tras Icicle).

Donnis y Midaircondo coinciden en acompañar y al mismo tiempo esconder sus propias imágenes a través de recargadas ilustraciones, mientras que el retrato solemne de Prince Po queda menguado por el uso del relieve, el troquelado, filigranas y tintas metálicas de su barroca portada.

El esbozo a lápiz que (se supone) Burial hizo de sí mismo ilustra la portada de su segundo disco de dubstep postapocalíptico, y la foto en una rave doméstica que ya estaba presente en el primer álbum de Skream (alias artístico del músico y productor Oliver Jones) queda disimulada por el semitono y una estética limpia y atrevida, característica del estudio de diseño londinense GiveUpArt.

Las últimas cinco portadas de la exposición no tienen un nexo unificador muy marcado, pero ¿cómo no incluir en esta muestra el diseño Op Art de William Bankhead para Actress, el atrevido collage de Benjamin John Power para su propio grupo Fuck Buttons, y el impactante apretón de manos de Lazer Sword a cargo del estudio Remote-Location (responsables también del diseño del Night Slugs de Bok Bok y L-Vis 1990)? Lo mismo con la luminosa portada de Jamie XX, una continuación y un contrapunto perfecto a su carrera musical como miembro del grupo inglés The XX.

Para acabar, invitamos a los visitantes a tomar la distancia adecuada, fijar la mirada despreocupadamente, y descubrir la ilusión óptica que se esconde en el patrón creado por el profesor de Psicología Akiyoshi Kitaoka que inunda la portada del disco Merriweather Post Pavilion de los norteamericanos Animal Collective.

Carlos Carro Serrano




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